15 may 2010

Heartless (I)

Daniela miraba a Lucas como si todo lo que les rodeaba no existiese. Un día, el día del cumpleaños de Daniela, ambos se sentaron en la cocina y comenzaron a charlar. La bebida en la mano, la música sonando, sus amigos bailando en el salón... pero en aquel momento sólo existían ellos dos... sólo ellos dos...
Pasaron las horas y Sophia entró en el lugar torpemente debido a las copas que llevaba encima.
- ¿Nos vamos a la discoteca? - sonrió con aquellos ojos verdes que tenía- . Elena decía que no entrara porque os iba a molestar... pero es que quiero ir a bailar
Daniela se levantó y abrazó a su mejor amiga. Juntas se rieron mientras Lucas hacía pequeñas bromas sobre chicas borrachas abrazándose. Un pinchacito le recordó a Daniela que Elena estaba fuera, que la exnovia de Lucas estaba apenas a dos pasos de ellos y que los celos, seguramente, la estaban reconcomiendo. Cuando salían directos hacia la discoteca, la abrazó sin saber si lo hacía porque quería a su amiga o si el sentimiento de culpabilidad por estar enamorada del ex de ésta la obligaba a hacerlo.
La lluvia no ofreció tregua durante todo el camino y... Daniela se sentía en las nubes. No sabía si era el alcohol, si era la euforia por su cumpleaños o si era que estaba caminando con Lucas lejos del grupo, siempre divagando de sus problemas, siempre bromeando, siempre llevándose la contraria.
Daniela se paró ante el paso de peatones y, de repente, lo sintió. Sintió cómo su mano estaba entrelazada con la de Lucas. Las gotas de agua se escurrían por sus cabellos y bajaban por las mangas hasta transformarse en pequeñas perlas acuosas que decoraban la unión de sus dedos. Daniela fingió no sentirlo y, para cerciorarse de que todo era cierto, apretó la mano. No se puede describir la sensación que le recorrió el cuerpo de punta a punta al ver que era verdad, que no era un sueño, que él le agarraba la mano. Como respuesta, Lucas le devolvió el apretón. Los dos rieron y no comentaron el hecho, no dijeron absolutamente nada sobre aquello.. Sólo.. sólo siguieron de la mano mientras los coches pasaban, mientras la lluvia los mojaba, mientras ambos pensaban en qué demonios estaban haciendo...
El grupo los alcanzó y todos empezaron a andar pero ellos no se despegaron ni por un momento. Antes de pisar la discoteca, ella se frenó y le dio un abrazo. El abrazo más duradero y más corto de su vida. Se quedó allí, oliendo el dulce aroma de Lucas, sintiendo el calor que desprendía su cuerpo mojado.
- Gracias por todo - susurró ella.
- Para eso estamos los mejores amigos - sonrió él.
A la mañana siguiente, ella se despertó en cama y apretó la mano. Sintió sus fríos dedos tocar su palma y suspiró viendo que todos se habían ido ya.  Entonces, se dio cuenta de que lo de aquella noche había sido real. Había sido un tonto acercamiento que seguramente él ni siquiera recordaba pero... para ella había sido más real que todo lo que había vivido en su vida entera.